No cumplir los horarios y no disponer de un entorno y una disposición adecuada son algunos de los errores más comunes en el teletrabajo.
Ahora que el teletrabajo se ha situado como una medida recurrente y casi obligatoria para la mayoría de las empresas españolas, es conveniente analizar qué errores se están cometiendo en esta práctica y como subsanarlos.
En los últimos días hemos visto como trabajar desde casa, o desde cualquier lugar que no sea el habitual de trabajo, es un reto global en estos tiempos, pero también una tendencia creciente. Aunque España es uno de los países más retrasados en la implantación del teletrabajo en Europa. La situación actual, derivada de la pandemia del coronavirus, ha hecho que este modo de trabajo se implante de forma relámpago.
El 8% de la población española está teletrabajando.
Según un estudio de Addeco, el teletrabajo ha alcanzado un máximo histórico en la España y ya son 1.5 millones de trabajadores los que han cambiado su silla de la oficina por la de su comedor.
Sin embargo, aunque ya llevemos semanas normalizando esta situación y pese a las ventajas asociadas al teletrabajo, que describíamos en anteriores post, no siempre es fácil conciliar al 100% la vida laboral fuera del entorno empresarial.
¿Qué puede entorpecer el teletrabajo?
Es común pensar que trabajar en casa es tan sencillo como encender el ordenador y esperar a que surjan cosas. Pero sin comprometerse adecuadamente y mantener una actitud correcta ante esta situación, la eficacia de los trabajadores puede verse perjudicada.
Los expertos señalan una serie de comportamientos, pautas y actitudes que puede influir en el mal desempeño de la jornada laboral.
-
Trabajar sin horarios
Uno de los errores más habituales que comenten los empleados, y algunos jefes, es no delimitar y organizar los horarios de su jornada de trabajo. Dejar las tareas a la improvisación y no definir unos tiempos, tanto de entrada y de salida, como por proyectos, entorpece su realización y disminuye la productividad.
-
No disponer de las herramientas adecuadas
Todos los trabajadores deben tener, en la medida de lo posible, las mismas herramientas y prestaciones que en su entorno habitual. No disponer de un buen ordenador, de una silla y una mesa cómodas o una buena conexión de internet, suponen un esfuerzo adicional, aumentan el cansancio y merman la actitud. Disponer de las herramientas adecuadas para teletrabajar facilitará la realización de tareas de forma más sencilla y eficaz.
Es importante disponer de unas condiciones de conectividad óptimas, de teléfono e internet, para seguir manteniendo un contacto constante con el equipo y los clientes. Optar por teletrabajar en lugares recónditos y desconectados parece una buena opción para concentrarse, pero en la mayoría de las ocasiones se traduce como una desconexión excesiva que se transforma en un descenso de la productividad.
-
Realizar otras tareas
Estar pendiente del cuidado de la casa, realizar tareas del hogar o hacer actividades ajenas al trabajo de forma simultánea distraen a los trabajadores de sus objetivos y horarios reales. Es importante saber gestionar las tareas y el tiempo y la atención que se dedica a cada una de ellas.
-
Descansos innecesarios
Hacer pequeños parones es necesario, siempre y cuando se sea responsable al hacerlo. Descansar cada 10 minutos para ver las noticias, mirar el móvil o picar algo fomenta el riesgo de desconcentración.
Tener un espacio de privacidad para el trabajo, o que genere el menor número de interrupciones y distracciones posible, ayudará a la concentración.
-
Utilizar las herramientas del trabajo para el tiempo libre
Del mismo modo que se recomienda separar el espacio laboral del de ocio, o recoger todos los elementos al terminar la jornada diaria. Es conveniente no utilizar el equipo del trabajo para los momentos de ocio, si no utilizar dispositivos o elementos diferentes para realizar acciones de búsqueda y entretenimiento.
-
Olvidar el aseo personal
Esto no quiere decir que cada día haya que vestirse y arreglarse de una forma especialmente elaborada. Pero dejar de hacer acciones tan básicas como quitarse el pijama y tener una buena presencia entorpece la activación del cuerpo y la creación de una rutina. Trabajar con la misma ropa con la que se descansa genera una invitación al reposo constante que puede traducirse en apatía y falta de productividad.
El inicio de la jornada laboral en casa requiere también de una rutina de preparación previa.
-
Falta de comunicación
Que los empleados y los jefes no confíen en la productividad de sus compañeros o trabajadores es una actitud que no ayuda frente a esta situación. La falta de comunicación puede generar una falta de confianza que puede derivar en la perdida del control de los tiempos y las tareas. Por ello, una comunicación fluida entre compañeros, responsables y jefes, fomenta la actitud positiva y el control sobre los proyectos.
Adoptar una serie de hábitos y rutinas es la forma más eficaz de cumplir con las jornadas diarias y ser igual de productivo teletrabajando desde casa. Aprovechar el tiempo, organizarse y planificar las tareas ayudará a evitar estos errores y mantener la eficiencia laboral.