Escribir a mano ha sido fundamental a lo largo de la historia del ser humano. Sin embargo, en los últimos tiempos y con la aparición de las nuevas tecnologías, este “ritual” ha perdido fuerza. Por eso, hoy dedicamos este post a reconocer los beneficios de escribir a mano.
No se trata de cualquier práctica. Escribir a mano es un gesto que todos realizamos y que además, viene acompañado de toda una serie beneficios y aprendizajes que inconscientemente vamos sumando a la forma en que nos desenvolvemos en nuestras rutinas.
A pesar de los cambios no debemos olvidar la forma en que aprendimos a escribir y el porqué de ello. Y para esto es necesario repasar cuáles son los beneficios de la escritura manual:
1- En primer lugar, el refuerzo de la psicomotricidad fina. Comenzamos nuestras andadas sobre el papel utilizando materiales como el lápiz. Primero, nos familiarizamos con la forma en que lo cogemos. Después, trabajamos los distintos trazos y afinamos las formas. Durante este proceso, es importante destacar el pulso que llegamos a lograr.
La evolución que vivimos con la escritura, se ve reflejada a posteriori en otro tipo de situaciones en que las manos también son las protagonistas. Como por ejemplo: en la creación de manualidades, en la soltura con la que cogemos un objeto cotidiano o a la larga, en cuestiones más profesionales, como el pulso que necesita un médico para poder operar a una persona, o también una arquitecta para crear las maquetas previas a sus edificaciones.
2- Por otra parte, escribir a mano también nos ayuda a memorizar. Teclear en un dispositivo o leer en una pantalla puede que nos resulte más rápido y eficiente en el entorno laboral. Sin embargo, está comprobado científicamente que la escritura manual y la lectura de aquello que hemos escrito, aumenta nuestra capacidad de retener información.
Aumenta nuestra capacidad de retener información
3- Además, es destacable que los niños aprenden a leer de forma más rápida si primero han dedicado sus primera energías a escribir a mano. Ocurre que precisamente antes de escribir, el cerebro identifica cada grafía con un gesto a realizar con la mano. De forma que estos gestos que retenemos y activamos de forma constante cuando escribimos (correspondientes a cada una de las letras que ponemos sobre el papel), contribuyen a un desarrollo del aprendizaje más rápido.
4- Cabe destacar que escribir a mano también es compatible con las nuevas tecnologías. Si bien es cierto que estamos acostumbrados a escribir con lápiz o boli sobre el papel, también existe la posibilidad de hacerlo a través de una tablet. Duplicar los gestos de la escritura y trasladarlos al entorno digital es importante para no perder la activación neuronal que nombrábamos anteriormente. En el caso del aprendizaje de los más pequeños, es relevante el hecho de no perder esta estimulación constante y, de esta forma, poder continuar aprender jugando.
5- Por último, escribir manualmente también favorece la concentración, pues el gesto que reproducimos con la mano nos obliga a prestar una mayor atención a las grafías que estamos imprimiendo sobre el papel (¡o quizás también sobre el dispositivo digital que tengamos entre manos!)
En resumen, escribir a mano activa más áreas cerebrales y mantiene nuestro cerebro en forma.
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