La identidad corporativa es el conjunto de atributos y valores que toda empresa posee: su personalidad, su razón de ser. Es la conciencia de la propia empresa y lo que quiere proyectar en el futuro. De ahí, la importancia de la identidad corporativa.
Los valores diferenciadores de la marca serán los que determinen su posicionamiento, tanto en el mercado como en la cabeza del consumidor, y las bases de la estrategia se manifestará a través de su propia cultura. De ahí destacamos la importancia de la identidad corporativa de una empresa.
Todas las empresas emiten continuamente mensajes, ya sea verbales o no verbales, y de forma intencionada o no.
Un programa de imagen corporativa actuará sobre todos aquellos recursos de comunicación con los que cuenta la empresa, ya sea sobre la propia imagen de la empresa como sobre su identidad corporativa.
Objetivos y definiciones
Cada empresa u organización es única, y la identidad es algo que debe surgir de su propia personalidad.
Debemos recordar que la identidad corporativa no es lo mismo que la imagen corporativa, aunque están relacionadas.
El significado de imagen corporativa es la imagen que una empresa ha adquirido entre el público, mientras que la identidad corporativa es la imagen que la empresa quiere conseguir, con el objetivo de generar una buena reputación entre sus clientes.
Todo lo que hace una organización debe ser una afirmación de su identidad.
Expresar el carácter de la empresa y sus marcas
Como hemos comentado anteriormente, la identidad debe acompañar a la actividad de la empresa. La visión y los valores de la misma debe manifestar su carácter.
Una empresa puede proyectar cuatro cosas:
- Quiénes somos. La personalidad de la empresa.
- Qué hacemos. Productos o servicios que ofrece y los mercados a los que atiende.
- Cómo lo hacemos. Procedimientos y forma de trabajo de la empresa.
- A dónde queremos ir. La misión y visión de la empresa. La principal tarea en este apartado será expresar la posición estética de la marca.
Identidad. Estilo. Personalidad y símbolos de la empresa.
En la actualidad, la mayoría de los productos que encontramos en el mercado son muy similares. El mercado en el que nos encontramos cada vez es más dinámico y agresivo, y los cambios que normalmente apreciamos se ven reflejados en: precio, calidad o servicio.
De esta manera, los consumidores deben elegir entre empresas, productos o servicios en función de factores irracionales o emocionales.
Llegados a este punto ¿Cómo manifestamos nuestra identidad? Las empresas utilizan el diseño como instrumento comercial, con el objetivo de aumentar los beneficios a corto plazo. No debemos olvidar que el diseño añade valor, tanto a la identidad, como a la marca.
¿Habéis escuchado hablar de las experiencias sensoriales? Debemos comunicaros que los hábitos de los consumidores, cada vez son más cambiantes. Esto se debe a que las decisiones de compra se realizan en función de la experiencia que nos vaya a transmitir dicho producto o servicio.
Beneficios que puede aportar el desarrollo de una buena estética:
- Genera fidelidad: Cuando los productos o servicios se perciben como indiferenciados en sus atributos típicos, como las experiencias, se convierten en los principales argumentos de ventas.
- Aumentar los precios de venta: Cuando una empresa o producto ofrece experiencias específicas, se está ofreciendo un valor diferencial por el que se puede cobrar un precio. Como consecuencia encontramos la diferencia de precios entre las marcas más y menos estéticamente atractivas.
- Distinguirnos y protegernos de la competencia y destacar entre el ruido: Cuanto más intensa sea la estética y sus elementos de identidad, más fácil será protegerla de la competencia.
- Herramienta de marketing interno: que la marca se posicione, motiva al personal y embellece los trabajos que se realizan en la empresa.
¿Quién planea dicha identidad?
Para generar una identidad hay que realizar previamente un estudio detallado de la estrategia de comunicación. De esta manera, evocaremos una idea o visión, que distinguiremos como nuestra identidad.
Para el desarrollo de este plan precisas de cuatro departamentos: personal de diseño, asesores de identidad estratégica y comunicaciones, y, por último, deberás contar con una agencia de publicidad.
¿Conoces la diferencia entre uniformidad y variedad estética? Llegados a este punto debemos decidir hasta qué punto los elementos utilizados deben ser iguales o distintos.
Cuando hablamos de uniformidad, nos suele venir a la mente una imagen bien cuidada. Seguir esta estrategia incrementa las posibilidades de llegar de forma efectiva hasta los clientes, y de ser recordada.
Sin embargo, la posibilidad de la variedad estética dentro de una misma marca, da impresión de flexibilidad, dejadez o falta de identidad. Aunque también es una buena estrategia si se emplea esa variedad en función del segmento de audiencia al que nos queremos dirigir.
¿Por qué mi empresa debería realizar cambios en su manual de identidad?
Si estamos planteándonos de forma interna un cambio evolutivo del manual de identidad, es hora de arriesgar. Lo diferente, no solo llama la atención, sino que provocan valoraciones extremas, tanto positivas como negativas. Los enfoques tradicionales, rara vez llaman la atención. Los diseños que se distinguen suelen ser revolucionarios.
¿Estás dispuesto a cambiar? Os dejamos cuatro puntos por los que puedes comenzar con el cambio de identidad que tanto deseas:
- Complejidad: minimalismo u ornamentalismo.
Ambas son válidas, pero totalmente contrarias. La primera, aspira a la simplicidad, considera la decoración como algo innecesario. Por otro lado, el ornamentalismo adora la complejidad y la variedad de motivos, eso sí, siempre en armonía y teniendo en cuenta sus significados.
- Representación: Realista o abstracto.
Podemos representar el mundo de los objetos y los seres vivos, o, por el contrario, el efecto inmediato de los colores por encima de su representación o simbolismo.
- Movimiento: Estático o dinámico.
En este punto hablamos del dinamismo que debe mostrar la marca o empresa.
- Potencia: Nivel de poder que demuestra la empresa.
Teniendo en cuenta este nivel, podemos crear identidades en base a cualquier adjetivo que nos defina. Es decir, podremos crear una identidad fuerte y agresiva, o por el contrario, humilde y suave.
Cómo crear un manual de identidad corporativa
¿Te gustaría dar vida a tu manual de identidad corporativa y no sabes cómo? Te contamos cómo crearlo paso a paso.
- Incluye la esencia y filosofía de tu marca. El objetivo en esta parte es explicar qué es lo que representa tu marca, qué valor te distingue.
- Establece los usos de tu logo. Incluye su uso sobre los fondos más comunes y las versiones que están permitidas.
- Indica las fuentes tipográficas. Debes proporcionar la familia de la fuente o fuentes (si usas más de una), el tamaño y el color.
- Incluye los colores de tu marca. El color es uno de los elementos más representativos de una marca, convirtiéndolo en un 80% más reconocible.
- Define la voz de tu marca. Debe explicar cómo quieres que el texto transmita la esencia de tu marca.
- Informa sobre el uso de imágenes y fotografías. Explican la esencia de las fotografías que deben utilizarse. Qué mensaje deben transmitir, si deben ser oscuras o brillantes, etc.